También denominadas bejucos, todas estas plantas se caracterizan por poseer unos tallos largos, delgados y trepadores, que se extienden por el suelo o se arrollan y suben por encima de otros vegetales o también por las rocas y muros. Este grupo es el resultado de una adaptación para el mejor aprovechamiento de la luz, ya que sin un gasto excesivo de materiales, sus acintados tallos, a manera de cables flexibles, pueden elevar en poco tiempo a las hojas por encima de la sombra que produce el bosque.
De todo lo dicho se deduce que la mayor abundancia de lianas se localiza en los bosques tropicales lluviosos, característicos de las regiones intertropicales con clima constantemente cálido y húmedo. En estas formaciones, el dosel arbóreo forma una estructura tan compacta que impide casi por completo la entrada de luz al suelo y la única solución que encuentran el resto de las plantas para poder efectuar la fotosíntesis es trasladarse a la parte más alta de los árboles.
El acto de trepar lo llevan a cabo las lianas por muy distintos métodos. La mayoría se sirve de los zarcillos, que son estructuras filiformes que rodean los soportes que encuentran a su paso y de esta forma fijan los tallos; este es el caso de la vid, los guisantes y la flor de la Pasión. Otras plantas desarrollan raíces en el tallo, como la vainilla y la hiedra, o tienen un tallo voluble con entrenudos muy largos, como esl el caso del lúpulo. Por último, algunas especies desarrollan discos planos y adhesivos en el extremo de los zarcillos, lo que les proporcionan un magnífico apoyo.
¿SABIAS QUÉ...?
Muchas plantas trepadoras tienen gran utilidad práctica ya que de ellas se obtienen fibras empleadas en la fabricación de muebles o tejidos; de otras se obtienen especias e incluso de otras se extrae un veneno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario