Nombre Científico: Chamaerops Humilis
Familia: Palmáceas
Clase: Angiospermas monocotiledóneas.
Se caracteriza porque las hojas forman amplios abanicos, con los peciolos delgados y espinosos y la lámina redondeada, dividida hasta un tercio o más en 15 o 20 segmentos rígidos y puntiagudos. Cuando crece en puntos inaccesibles, y por tanto, no sufre la acción del hombre o del pastoreo, alcanza varios metros de altura, pero lo normal es que aparente no tener tallo y crezca formando rodales bajos y muy extensos. Hay plantas macho, con flores amarillas dotadas de seis a nueve estambres, y plantas hembras, cuyas flores al maduran producen unos pequeños dátiles, de unos dos centímetros de largo, con poca carne y de sabor muy acre, por lo que no son comestibles.
El palmito se cría en la costa mediterránea, en las laderas, collados y barrancos secos, desde Italia y Sicilia hacia el oeste.
Las utilidades de esta especie son muy variadas. Su parte apical, muy tierna y jugosa, se come en ensalada, sobre todo en las regiones del sur y quienes lo prueban dicen que es un manjar delicioso. Con las hojas, de fibra muy resistente, se fabrican escobas y de las raíces se obtiene un licor de sabor muy similar al de la zarzaparrilla. El palmiche o dátil del palmito es muy rico en materias tánicas, sobre todo si se recoge poco maduro, por lo cual en otros tiempos se utilizó como antidiarreico. Por último, tiene también un gran valor ornamental y por este motivo es plantado para formar setos de hoja en toda la región mediterranea.
¿SABIAS QUÉ...?
La costumbre de utilizar el cogollo de palmito como alimento, así como la excesiva proliferación de urbanizaciones costeras ha hecho que esta especie, antaño muy abundante, hoy se encuentre en regresión.
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