Familia:Bóvidos
Clase:Mamíferos
El rasgo más llamativo de su aspecto lo constituye la extrema larguedad de sus patas y cuello, en contraste con la pequeñez de la cabeza. En ésta destacan dos manchas periorbitarias de color blanco y en el macho un par de cuernos de corta longitud, fuertemente anillados y con las puntas dirigidas hacia delante. El tinte general del cuerpo es rojizo, con una banda más clara, de anchura variable que se sitúa sobre el blanco de las partes inferiores. La cola termina en un grueso mechón de pelos negros.
El hábitat natural de este antílope se extiende por las zonas de matorral seco y espinoso del noroeste africano, llegando a adentrarse, a veces, hasta el desierto. Al igual que el damalisco, es uno de los pocos antílopes que parece haber extendido su área de distribución en los últimos 50 años como consecuencia, parece ser, de la progresiva desertización que experimentan estas regiones. Su alimentación se basa casi exclusivamente en las hojas de las acacias enanas, a cuyas ramas más altas llega gracias a su largo cuello y a sus acrobáticos equilibrios.
Es un animal de costumbres solitarias y a lo sumo forma pequeños rebaños de hasta siete o diez cabezas. Durante las horas del mediodía se refugia en las zonas más cerradas y sombrías del matorral, en donde adopta una característica postura con el cuello en posición horizontal para resultar menos conspícuo. Cada camada consta de una sola cría que suele nacer coincidiendo con la época del año en que es mayor la abundancia de alimento.
¿Sabias qué...?
Cuando el gerenuk huye de sus predadores lo hace corriendo con el cuello en posición horizontal, empleando su dura cabeza como ariete o impidiendo así que su largo cuello resulte herido con las espinas de las acacias.
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