Familia: Bóvidos
Clase: Mamífero
Lo que más llama la atención de la fisonomía de esta gacela es la ausencia de grandes contrastes en su pelaje, que adquiere una coloración general arenoso pálida, con una banda longitudinal rojiza en los flancos. Las defensas están representadas por un par de cuernos de tamaño medio y fuertemente anillados, que vistos de frente recuerdan por su forma a una lira.
Su hábitat natural lo constituyen las zonas semidesérticas del norte de África, tanto en regiones pedregosas como en las dunas de arena. Si puede vivir en lugares tan áridos es por su poca exigencia en cuanto a la alimentación, ya que no existe planta, por espinosa que sea, que no devore con auténtico deleite. Si la sequía es muy severa y la cobertura vegetal desaparece, no duda en ingerir las jugosas larvas de la langosta o incluso hasta los ejemplares adultos si es un año de plagas.
La gacela común o dorcas es un animal de costumbres moderadamente gregarias, pues aunque normalmente vive en grupos de hasta 20 ejemplares, no es raro que los adultos se aparten del rebaño y vivan solos. El apareamiento parece que puede tener lugar a lo largo de todo el año, pero para el Sáhara occidental, el mayor índice de natalidad se alcanza entre enero-abril y septiembre-noviembre. La hembra sólo alumbra una cría por parto y ésta, en apenas unas pocas horas, es ya capaz de seguir al resto del rebaño. El chacal y la hiena rayada son los peores enemigos del recién nacido, al que sólo protege su coloración críptica.
¿SABIAS QUÉS...?
Cuando llega la hora del descanso, la gacela común cava con sus patas una pequeña depresión en la arena y se sitúa en ella de espaldas al viento, pues a´si vigila el horizonte y recibe señales olorosas de donde no ve.
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