Familia: Upúpidos
Clase: Aves
La abubilla se caracteriza por su larga cresta en abanico, formada por 28 plumas con la punta negra, y por su largo, fino y algo curvado pico. Es de color pardo rosado, con las alas y la cola listadas en blanco y negro. Su vuelo, lento y ondulado, podría compararse con el de una gran mariposa.
Se alimenta casí exclusivamente de invertebrados, como arañas, grillos cebolleros u hormigas, que saca de sus escondrijos gracias al fino y curvado pico. Este le permite capturar presas metidas en oquedades de hasta 5 cm. de profundidad.
El período de cría comienza entre los meses de marzo y abril. Hay que señalar que las uniones entre machos y hembras duran toda la vida. La pareja, después de pasar el invierno en el norte de África, busca al volver su viejo nido de la primavera anterior. Si no lo encuentra, anida en un tronco de árbol, otro nido abandonado o, incluso, en una grieta en las rocas. En él, la hembra pone de seis a ocho huevos, que incuba durante 19 días. En ese período y en el de cría, el macho es el encargado de traer alimento a la madre y los pollos.
Los mecanismos de defensa de estas aves son muy curiosos. Si algún predador se asoma al nido, tanto la madre como las crías, lanzan sonoros bufidos y exhalan una sustancia nausabunda. Si el visitante insíste, los pollos le sorprenderán con un potente chorro de sus propias heces fecales, que en algunos casos puede llegar a alcanzar el medio metro de distancia.
¿SABÍAS QUÉ...?
Cuenta una vieja leyenda árabe, que la bonita cresta coloreada de la abubilla, fue un regalo del rey Salomón, en pago de las noticias que le había traído del país de Saba y de su bella reina, de la que estaba enamorado.
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