Familia: Betuláceas
Clase: Angiospermas dicotiledóneas.
Por su forma externa, el aliso negro se puede describir como un bello árbol de estructura piramidal, densa y puntiaguda, que puede alcanzar alturas entre los 20 y 25 m, aunque en muchas ocasiones también se presenta como un arbusto de follaje apiñado. La corteza del tronco es de color gris oscuro y está marcadamente agrietada. Las hojas son de forma casi redondeada.
Esta especie es fácilmente identificable por sus pegajosas ramas jóvenes, las nuevas yemas que aparecen al extremo de un corto rabillo y las flores femeninas, que son pequeños conos de forma oval y color pardo, que permanecen en las ramas durante casi todo el año.
El aliso crece en países de clima templado y en emplazamientos con abundante agua, como pueden ser los márgenes de los ríos y torrentes, los suelos pantanosos o los que se mantienen húmedos durante todo el año. Es mu común en la zona costera argelina.
Su madera es blanda y resistente bajo el agua, pero no en seco, por lo cual se emplea para la fabricación de barriles; se tornea con facilidad.
La corteza se utiliza para la obtención de tintes pardos, rojos, negros, verdes y amarillos. Desde el punto de vista médico, tiene propiedades astringentes y su cocimiento, empleado en forma de gargarismos, es eficaz contra el dolor y la irritación de garganta.
¿SABIAS QUÉ...?
El nombre latino de la especie en el aliso negro (A. glutinos) deriva de una curiosa particularidad que presentan las hojas cuando son jóvenes: su superficie es extraordinariamente viscosa al tacto.
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