Familia:Gramíneas
Clase:Angiospermas monocotiledóneas
El aspecto general de todos los bambúes es muy similar: están formados por una caña articulada bastante resistente, de cuyos nudos superiores nacen pequeñas ramitas cargadas de hojas, generalmente lineares, y de espigas de flores. Después de producirse la floración, la parte externa de la planta muere, pero enterrado queda el rizoma subterráneo que asegurará el crecimiento de una nueva planta. En cuanto a sus dimensiones, aunque se pueden encontar especies herbáceas y rastreras, lo más común es que alcancen un porte arbóreo con alturas comprendidas entre los 20 y 30 m y diámetros de hasta 50cm.
Estas plantas crecen preferentemente en las regiones de clima tropical, muy cálido y húmedo, de Asia, África y América, en las que llegan a formar verdaderos bosques, desde zonas situadas al nivel del mar hasta alturas de 3.000m o 5.000. Algunas especies se han aclimatado muy bien al clima mediterráneo europeo y se las puede encontrar cultivadas en los jardines; para ello es imprescindible resguardarlas bien del frío durante sus primeros años de vida.
La utilidad del bambú para el hombre es muy variada: los tallos se usan para la construcción de mástiles y vigas, así como tablas, muebles y cajas; con las ramas y raíces pueden fabricarse cañas de pescar o mangos de paraguas y, por último, los jugosos brotes tiernos constituyen un manjar par la población asiática.
¿SABIAS QUÉ...?
El hecho de que después de florecer, todas las plantas de bambú de una región mueran, origina altibajos en las poblaciones animales que lo tienen como base de su dieta alimenticia, como es el caso del panda.
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