Familia: Jiráfidos
Clase: Mamíferos
Animal grande y de forma muy peculiar, pues presenta un cuerpo corto y compacto, con el dorso descendiente como en la jirafa, pero con el cuello mucho más corto; su coloración recuerda por la parte inferior a la de la cebra, pues está formada por innumerables bandas transversales negras y blancas, pero se diferencia de ésta por su tonalidad general de fondo en un uniforme tono castaño oscuro. La cabeza recordaría a la del caballo de no ser por un par de pequeños cuernos similares a los de la jirafa. Otro dato interesante es la posesión de una larga lengua dotada de gran movilidad, con la que el animal no sólo puede alcanzar el alimento de las ramas altas, sino también llegar a cualquier rincón de su cuerpo para realizar su limpieza; hasta tal punto es grande su afán por ésta, que en los zoos que tienen la fortuna de poseer este animal, cuando quieren suministrarle un medicamento lo vierten sobre la piel, en la seguirdad de que el okapi lo recogerá de allí con su larga lengua.
El hábitat natural de este escaso jiráfido lo forman las intricadas y escasas selvas del África central, siempre en parajes cercanos a corrientes de agua. Se alimenta de hojas de todo tipo, así como de ramitas y frutos.
El hecho de que el okapi no fuese descubierto en estado natural hasta 1.905, unido a sus costumbres retraidas, ha tenido como consecuencia que se tenga muy pocos datos sobre su biología. Se sabe que vive solitario y sólo se empareja durante la época de celo.
¿SABIAS QUÉ...?
El primer europeo que tuvo conocimiento de la existencia del okapi fue H. Stanley, quien en 1.890 oyó hablar de este animal a los pigmeos, pero no fue hasta 1.905 cuando otro explorador capturó un ejemplar vivo.
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